Un lugar maravilloso que hace tiempo quería conocer es el sector del morado en el cajón del maipo, aca en nuestra gloriosa Región Metropolitana. El cajón se puede dividir en 2: 1) Hacia laguna negra, embalse del yeso y termas el plomo. 2) Camino a baños colina, pasando por baños morales (Monumento natural El Morado) y el cajón el morado con laguna y glaciar del mismo nombre.
El sábado 14 de marzo decidimos ir al monumento en Baños Morales, pasar por el sector de aguas panimavida, la laguna morales y el imponente glaciar San Francisco. Sin embargo desde este año no dejan acampar en la laguna como en años anteriores, esto según nos explicaron los guarda parques, es porque los visitantes nunca entendieron sobre cánones básicos de higiene, cultura y civilización, dejando la basura en cualquier parte, generando fogatas, ruido, en resumen más que un invitado... Un desagradable infiltrado… En fin, pueden ir por el día, dijo tratando de cambiarnos la cara de decepcionados que llevábamos todos. (Mis hermanitos Rodrigo y Jonathan, Gustavo y yo) Lo miramos con la típica expresión de… me estai web….? Lo otro, dijo insistiendo en estusiarmarnos, es que vallan al otro cajón, queda volviendo al camino principal siguiendo por la ruta de la minera, así nos explico el camino.
En resumen despues de baños morales esta la minera de yeso, siguiendo ese camino nos adentramos entre las montañas, cada vez mas frío y menos oxigeno, a los 10 Km. hay un desvío y un puente desde ahí lo demás es prácticamente solo subida, me alegra tener un jeep porque con la altura y el calor hubiese desertado rapidamente de la idea. Son cerca de 8 o 10 Km. hasta una explanada tipo estacionamiento, donde dejamos el auto, desde ese lugar ya solo puedes seguir caminando, y vamos subiendo. Son 5 Km. con una pendiente de 400 metros a 2.700 mt. ya de altura, lo que habitualmente cualquiera demora en promedio una 3 horas nosotros lo hicimos en 4 y media, claro el triple de peso que los otros.
Llegamos alrededor de las 17:30 o 18:00 hrs hacia frío y corría viento de montaña, estabamos a 3.100 mt de altura y la falta de oxigeno se notaba, se nos ocurrió la brillante idea de armar la carpa al lado de la laguna, despues lo lamentaríamos, dormiríamos todos juntos uno pegado del otro, el sol se escondió entre las montañas a la hora siguiente de nuestra llegada y la temperatura debe haber caído fácil unos 2 o 3 grados menos. Calenté algo de agua para comer los típicos fideos de camping y tomarnos un café.
Al rato llego una mujer parte del grupo de socorro andino para darnos consejos y recomendaciones, se que lo hizo con su mejor intención pero cada cosa que nos decía nos desalentaba más: que su carpa es muy delgada, que están demasiado cerca de la laguna, que la ropa y los zapatos, que la comida, yiiiiaaa para!!!! Estaba exahusta, el frío me tenía la cara inmóvil, decidimos dejar de tiritar y acostarnos a esa hora no había mucho que hacer; aunque llegara un ovni al lado a tomar fotos, creánme que preferiría mil veces domir calentita en la carpa que esperarlo.
Para que se hagan una idea de lo helado de la noche, deje mis zapatos al final de la carpa siempre adentro. En la mañana desperté e intente colocármelos y estaban cubiertos por una capa de escarcha, para que decir de afuera.
Dos cosas impagables de este paseo son: El haber despertado a media noche, salir de la carpa y mirar a tu alrededor, el glacial y los montones de nieve regados por el lugar hacen de linternas y reflejos del cielo, brillan tanto o más que de día, un panorama sobrecogedor, en eso, levantar la cabeza mirar al cielo un lujo, nunca me he sentido tan cerca de las estrellas y porque no decirlo a la vez tan infinitamente humana, indefensa y mínima. Lo otro son los sonidos de la noche, recuerdan como se escucha el quiebre de macizos cada vez que vemos en la laguna San Rafael, el crujir de hielos, eso sentí en forma constante toda la noche, una armoniosa melodía que me hacia temblar cada vez se hizo presente (recordemos que estaba a los pies de la laguna) Se están acomodando y apretando los hielos dijo Gustavo tratando de reconfortar mi aterrado espíritu.
Por fin fue de día, a las 7.30 u 8.00 de la mañana me levante, cualquier cosa era mejor que estar con frío en la carpa, ya no había viento pero si mucho hielo. De hecho la laguna estaba totalmente congelada, fuimos a sacar algunas fotos mientras el sol se dignaba a aparecer, se hizo esperar, amaneció lentamente, llegando cada uno de los espacios del glaciar y de cajón, llenándonos poco a poco.
Tomamos desayuno para calentar el cuerpo y despuesun par de whiskys con hielos milenarios (jeje) y decidimos emprender el regreso. Por cierto fue mucho mas rápido y sin tantos descansos, baje agotada sin embargo feliz inmensamente feliz.
2 comentarios:
este relato si que me introdujo al viaje, debe haber sido fantabuloso!!!
Tamara.
la verdad es que si lo fue, quiero hacerlo de nuevo pero esta vez mas preparada... omiti una seria de sucesos que quedaran para mi retina lo unico que se es que nunca mas acampo cerca de la laguna jeje
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