martes, 21 de octubre de 2008

Celebración en el norte... Iquique, Arica y sus alrededores...


Un viaje que celebro nuestra unión, en resumen eso fue... Decidimos tomarnos un “descanso” para reencontrar una relación que partió hace años, pero que siempre es bueno retomar, como excusa el aniversario de matrimonio nº 6, nos arrancamos sin amigos, ni hermanos, ni cachorros, ni nada, solo nosotros.

Viajamos en avión por separado por un lio con los pasajes… a mi me dio un poco de penita pero Tavo no le importo mayormente, llegamos un viernes y yo tenia para variar un itinerario, la idea era pasar ese día en Iquique y al otro partir al Parque Nacional Volcán Isluga, recorrer la Reserva de la Pampa del Tamarugal, conocer pica y volver a Iquique para unas compras y a Santiago nuevamente. Por suerte hicimos no seguimos nada de lo planeado.

El viernes llegamos a Iquique, mi primera impresión fue: “Que onda, se robaron los árboles”, con esto describo la aridez extrema del paisaje, un contraste abismante con lo que yo estaba acostumbrada a ver, en fin nos juntamos en el aeropuerto arrendamos un papú y fuimos directo a la zofri a comprar unos lentes de sol, al final nos quedamos un par de horas, compramos todos los encargos que teníamos y algo para nosotros por supuesto.


Buscamos alojamiento y partimos a la playa, estuvimos toda la tarde en cavancha, un rato tirados guatita al sol y el resto caminando, recorriéndola de extremo a extremo completamente turística, muy caribeña, mucha palmera, jugo tropical y todo. Lo mas increíble era que después de clases tipo cinco – seis de la tarde llegaban a bañarse los estudiantes (amigos, pololos) en pleno octubre con un sol exquisito y aguas cálidas… envidiable su vida pensé…

En la noche comimos algo rápido y partimos al casino, más por curiosidad que por ganas de apostar, la verdad no le encontré ningún brillo, lejos lo más fome del viaje compramos como $4.000 en fichas y no gane nada de nada, es más veía a mi alrededor y era la única con edad sub 30, además el casino era rechico y aunque muchos se deleitan con la emoción de apostar dinero yo lo vi como la forma mas rápida de gastar sin aprovechar nada. En fin desilusionados del juego y el vértigo del que hablan y que nunca sentí.


En la mañana partimos temprano con destino a Colchane (Ciudad limite con Bolivia cercana parque Volcán Isluga) pasamos por el estadio Tierra de Campeones y nos atendió un señor muy amistoso, nos recomendó tener cuidado con el cruce ya que siempre hay problemas de emigrantes o robos de autos, que nos cuidáramos de la altura que llega a los 4.000 msm, etc.


Algo inquietos tomamos la carretera rumbo a La Estación Salitrera de Humberstone, pasamos por Alto Hospicio y no pude dejar de pensar en la noticia que remeció al país sobre ese moustro que violo a cerca de 13 niñas en esa comuna, que queda súper cercana a Iquique, subiendo el cerrito, para ser sincera llevaba bastante apretado el corazón con todo esto.

Al fondo una ciudad surge entre cerros de arena.


Llegamos al lugar había poca gente, entramos y de inmediato nos remontamos al pasado, volví a revivir películas, teleseries y series de antaño que hablan de un pasado glamoroso de riqueza en las minas, hoy no son más que recuerdos y hojalatas oxidadas por el paso del tiempo, las casas y oficinas continúan, inevitablemente llevan a pensar en lo sacrificado de la vida del minero nortino (yo que tengo tradición minera de familia, por el carbón) pensaba en lo difícil que debió ser trabajar bajo el sol imponente en el día y recibir el frio seco del desierto en la noche, abandonar todo para buscar un mejor pasar con su familia, mis respetos a quienes hicieron, con su trabajo de obrero mal pagado, de este país lo que es en la actualidad.


Se nos hizo tarde con la visita, es que fuimos a conocer todas las instalaciones que llego a tener este pueblo minero.

Volvimos a la carretera y unos cuantos kilómetros adelante nos encontramos con una disyuntiva… Colchane lo teníamos a 220 km y Arica a 289, pensamos un segundo y cambiamos de rumbo, ya no iríamos a dormir a la interperie, sino que cruzaríamos todo el desierto de Atacama con su mistisimo, geoglificos y espejismos para llegar en cerca de 3 horas a la ciudad grande más extrema de nuestro país… Arica.


El viaje fue agotador… lleno de curvas, cuestas, quebradas, uno que otro dibujo sobre los cerros que nuestros antepasados creaban para guiarse en el camino y uno que otro camión contrario nuestro rumbo, desde Iquique a Arica solo hay pueblos en la Costa que se unen por la Panamericana (depresión intermedia) y después toman desvíos hacia el oeste, pero la mayoría de estos eran caletas de menos de 5000 personas, al parecer nada tan trascendental. Arribamos a Arica cerca de las 15:00 o 16:00 horas, antes un partecito por exceso de velocidad, gentileza de carabineros de Chile un amigo en el camino.


Nuevamente a buscar alojamiento y partimos a la playa. Conocimos 2 bajo el morro y otra más al sur, no recuerdo sus nombres pero esta última es una delicia, eran cerca de las 9 de la noche y yo no quería salir del agua, estaba exquisitamente tibia y quieta, al final me tuve que venir. Tomamos un baño y en la noche dimos una vuelta pero estaba muy cansada, solo atine a dormir.


Si o si quería conocer Pica, y eso implicaba salir temprano al otro día para llegar a la hora de almuerzo a ese lugar, pasamos al Morro bien de mañana, tanto que aun no tenían el museo abierto. El estar en ese lugar me llamo poderosamente la atención, una mezcla de heroísmo patrio y milicia extrema, me recorrió el espíritu. Volvimos a nuestra historia hace más de 100 años, recorrimos imaginariamente la ruta que nuestros antepasados hicieron para tomar el morro y expandir nuestro país hacia el norte. Fue bueno reencontrarse con aquello.


Retomamos la Ruta 5 hacia el sur de vuelta a Iquique… Seguimos al sur llegamos a La Tirana y obvio pasamos a ver la famosa iglesia. Muy linda, un altar apotiosico y mucha adoración alrededor de la Virgen del Carmen…


Cerca de las 15 horas arribamos a Pica, pre – ci – o – so, almorzamos en un restorán de un tipo súper joven y tela, nos dijo como llegar a la cocha y que conocer de Pica, donde alojar y todo. Lejos mi lugar favorito del norte… un verde impresionante en medio del árido amarillo del desierto. Dormimos y al otro día por supuesto temprano para salir.

Existe una ruta de huellas de dinosaurios, por tiempo no lo conocimos, pero para otra salida lo veremos. Nos fuimos con ruta al salar de pintados, luego por la entrada de la Reserva de la Pampa del Tamarugal, las fotos de rigor la recorrimos y por Pozo Almonte otro escalofrió en el cuerpo, otro enfermo que violo y mato a una pequeña de solo 5 años. A Iquique nuevamente, la playa nuevamente, unas bañadas locas y devuelta al aeropuerto a Santiago nuevamente.


En Iquique Gustavo tuvo un encuentro con los guardias del aeropuerto, un plancha enorme que le hizo extrañarme un montón y sintió lo mismo que yo cuando nos fuimos… Me prometió que nunca más nos iríamos por separado. En tanto yo feliz arriba del avión sola y disfrutando el paisaje y de los últimos vestigios del desierto y la pampa triste y desolada. Gran viaje.


Al fondo la curbatura de la tierra no deja que el sol se esconda...

jueves, 2 de octubre de 2008

Simplemente nuestra milla


Escribo desde las oscuras penumbras del duelo, hemos perdido a un integrante de mi familia, a la matriarca, la compañera de mi Renato y la mamita de mis melliz. Hoy se fue mi milla, nuestra milla. Tengo mi traquea atragantada con un nudo, unos deseos incontenibles de llorar y un sentimiento de despojo.


Siempre se habla de los que ya no están y de lo bueno que fueron, en este caso no podría ser mas acertado, Milla fue la mejor, nunca se quejo, nada le dolía, siempre estaba conforme con todo y comía lo que le pusieran por delante, no rechazaba ni un solo plato de comida, a pesar de lo cansada que podía estar, subía bajaba, corría, saltaba todo para complacernos, por lo mismo se que el corto tiempo que alcanzo a estar con nosotros fue feliz.


Nos propusimos hacer que sus años finales fueran los mejores de toda su vida, se que lo logramos, le fascinaba salir, donde fuera aunque sea una pequeña vuelta a la plaza de la esquina, igual iba saltando y rebosando alegría, saco energía de sus reservas para los últimos paseos que incluyeron ascensos de 600 mt. de altura, ahora se que le pasaron la cuenta, fue a la playa y la nieve, conoció el viento y el agua, el campo y las plazas, estos 2 años los dedico a vivir todo lo que no vivió cuando estuvo cautiva.


Sin embargo, aunque no lo queramos, esta la idea de que pudimos hacer algo mas, que de alguna forma fuimos responsables de su muerte. Sin importar lo que nos digan, pensaremos que le fallamos, que no tuvimos la lealtad suficiente con ella, la misma que nos enseño, nosotros no la pudimos retribuir como se lo merecía.


La vieja, la guatona, milla milla, como sea que le nombraramos ella entendía, nunca dejo de entender, por eso se que donde este ahora me entiende, nos entiende y sabe que hoy daríamos lo que fuera por tenerla aunque sea una hora mas con nosotros. Ella nos cuida al igual que cuido a mis niños, mi casa y mis cosas, Hoy es un ángel, nos mira y puedo jurar que ella esta tranquila y feliz, sin quejarse y cuidándonos como siempre lo hizo desde acá.