miércoles, 6 de enero de 2010

Mes 1, Amantar y dormir menos

El primer fin de semana fue caótico, recibimos muchas visitas, aparte mis padres y suegros venían a cada rato, yo no había dormido bien en la clínica y en casa me sentía muy cansada.

La primera noche con Lucciano, en resumen dormí cerca de 4 horas, despertaba cada una hora y después de varios minutos cuando al fin se lograba, lo intentaba acostar y comenzaba a llorar. Decidí instalar su cuna mi cuarto, eso mientras le hacia un horario en la noche y me acostumbraba al nuevo ritmo que tomaba mi vida. Conciliar el sueño ha sido difícil, en realidad tal cual me advirtieron duermes en vigilia despertando cada media hora para verlo si está bien.



Amantarlo en la Clínica no fue fácil, se quedaba dormido y las matronas te presionan para meterle el pecho a cada rato, no pueden pasar más de 3 horas sin que coma, me repetían una y otra vez, como si yo fuera a dejar sin comer a mi hijo. En casa se complico tambien, en el día sacaba la cuenta en horas, pero solo empezar a hacerlo demoraba 1 hora sobre el tiempo planeado porque debía intentar despertarlo antes. Mi niño no agarraba bien mi pecho, de esta forma paso la primera semana, los pezones se me agrietaron y dolían un montón, para entonces Lucciano mamaba mucho y de manera intermitente 5 o 10 minutos máximo, me coloque unos protectores pero el problema es que salía mucha leche y él se atoraba, a medida que se fueron sanando mis heridas deje de usarlos para no correr riesgos.

La Pedriata fue recomendaba por mi amiga Magdalena, no me convence del todo pero confió en ella y su buen juicio. El primer control fue el 11 o 12 de diciembre, lo encontró muy bien había recuperado el peso que perdió durante su estadía en la Clínica, contestó a mis preguntas y reviso todos los antecedente de Lucciano.

Todo me daba susto, lo bueno es que Lu no lloraba nunca era un amor, de hecho le daban cólicos, siempre estaba hinchadito y ni así se quejaba. En las mañanas tenía un ritual de masajear su estomago para botarles todos los gases. Las secuelas de la operación duraron unos cuantos días, Gustavo estuvo conmigo hasta el 21 de diciembre, su apoyo y compañía fue una gran ayuda para mí.

El ombligo lo boto el 25 de diciembre y ese mismo día fuimos al campo, lamentablemente le dio conjuntivitis, llame a la doctora me receto un antibiótico en gotas y dejo de ser problema.



Llego la navidad, año nuevo y se fue el primer mes. Fueron fechas que pasamos en familia contenta y con un regalito que llego del cielo a llenar nuestros corazones.