El martes 28 de julio fui al Doc, para realizar los controles rutinarios y me ofrecieron hacer una eco para conocer el sexo de mi bebe... sin dudarlo con Gustavo aceptamos y si bien es cierto me interesaba saber como estaba de salud mas que cualquier cosa igual me agradaba la idea de salir de dudas. Mi chiquitito estaba mirando hacia mi espalda y por mas que el doctor intento correrlo no hubo caso aferrado no se solto ni por siacaso, al final logro ver entre sus piernitas y se mostro orgulloso como un varon, ya esta midiendo 20 cm y pesando un poquito menos de 500 gr. Salimos felices... Se llamará Luciano y el segundo nombre lo busca su papá estamos realmente felices.
La vida me ha cambiado enormemente, antes me decian pata de lana porque pasaba cayendome o pegandome, ahora la cosa es muy distinta... ando con un cuidado unico. Como primerisa todo me asusta, paso viendo por internet los sintomas que son normales cambios en el cuerpo y esas cosa pero apesar de esto no es facil relajarse...
En la casa las cosas van lentas pero seguras, cambiamos el piso de los dormitorios y llevo unos dias durmiendo en el piso, el problema es que me agarre un resfiado que por ahora esta controlado pero no se por cuanto. De a poco la pieza de Luccianito va tomando forma y su nuevo hogar esta transformandose para su llegada.
A veces parece que el tiempo se paraliza y sigo pegada en los 4 meses y en ocaciones parece que todo ha pasado demasiado rapido para acostumbrarme a la idea de ser madre. Sin embargo en esos momentos de terror encuentro la tranquilidad necesario en mi chiquitito que con un par de pataditas sutiles me devuelve al interior de nuestro mundo privado al que solo el y yo pertenecemos.
En la casa las cosas van lentas pero seguras, cambiamos el piso de los dormitorios y llevo unos dias durmiendo en el piso, el problema es que me agarre un resfiado que por ahora esta controlado pero no se por cuanto. De a poco la pieza de Luccianito va tomando forma y su nuevo hogar esta transformandose para su llegada.
A veces parece que el tiempo se paraliza y sigo pegada en los 4 meses y en ocaciones parece que todo ha pasado demasiado rapido para acostumbrarme a la idea de ser madre. Sin embargo en esos momentos de terror encuentro la tranquilidad necesario en mi chiquitito que con un par de pataditas sutiles me devuelve al interior de nuestro mundo privado al que solo el y yo pertenecemos.
